martes, 19 de febrero de 2013

influencia psicologica de la musica


Seguro que muchos de vosotros habréis escuchado alguna vez una canción de rock pop o parecidos que os haya emocionado de una manera algo peculiar, o la típica canción de rock que emociona según la escuchas y te vuelve a emocionar según la escuchas una y otra vez.
Pues bien esto no es coincidencia, porque como bien dice un dicho que me han repetido muchas veces a lo largo de mi vida, la música amansa a las fieras, por supuesto ninguno de los que estamos leyendo esto somos animales, pero se podría decir que la música tiene un efecto psicológico sobre nosotros puede emocionarnos, relajarnos, podemos haberla vinculado con un momento especial de nuestras vidas o simplemente nos ayuda a concentrarnos.
La música existe desde  tiempos inmemoriales y ha ido evolucionando y cambiando según nuestra sociedad lo hacía a la par. Si tú le pones a una persona del siglo quince una canción de iron maiden pensará que eres un brujo y te trinchará en la hoguera por blasfemia.
Por tanto se podría decir que la música tiene algún tipo de vínculo con nuestro estado psicológico, o que incluso puede llegar a cambiarlo.

lunes, 18 de febrero de 2013

La física nos rodea

La física es naturaleza. Seguramente hayáis oído esto de los profesores de física que os hayan dado clase. Esta frase es bastante cierta porque, aunque no nos demos cuenta, la física está a nuestro alrededor, constantemente actuando sobre nosotros. Muchas veces nos fastidia, porque actúa aunque tú no quieras.

Pongamos un ejemplo muy simple que todos hemos vivido: imaginemos que estamos subiendo un objeto por unas escaleras, un objeto pesado y grande. Por supuesto nos esta costando subirlo porque la gravedad actúa sobre él. Entonces, justo antes de llegar al final, se te cae. Por supuesto, el objeto en cuestión no se queda flotando en el aire, sino que baja hasta abajo. Es en momentos como ese en los que nos cagamos en la madre que parió a la gravedad. No nos damos cuenta de lo importante que es para nosotros, porque si dejase de actuar saldríamos despedidos al primer paso que diésemos.

Esto mismo ocurre con las demás leyes físicas que nos rodean. Pongamos otro ejemplo: sin elasticidad al primer paso que diésemos nos romperíamos.

Podría continuar dando ejemplos como estos, pero tampoco quiero quitaros mucho tiempo.

Ugo L

sábado, 16 de febrero de 2013

Como todos sabemos, desde hace un tiempo en bachillerato estamos siendo invadidos por una moda un tanto absurda. Se trata, sin ir más lejos, de los sonidos que emiten algunos alumnos entre clase y clase.

Estos sonidos, aparentemente graciosos, parecen más bien de focas estreñidas. Uno de los posibles motivos de estos sonidos es posiblemente ver la cara con la que les mira el profesor.

Lo que trato de decir es que la imagen social (en este caso y en muchos otros) puede hacer que cambiemos nuestra forma de actuar: a algún gracioso se le ocurrió hacer la broma de emitir alguna clase de sonido en otra clase, en la otra clase lo escuchó otra persona a la que le pareció gracioso. Así, se adueño de la broma y la fue contagiando hasta convertirse en una pandemia que se realiza sobre todo en los cambios de clase.

Otro dato curioso que ocurre con este fenómeno es que cuando emiten los sonidos, los "gruñidores" se esconden entre la multitud, para hacer parecer al profesor más tonto si se asoma. De lo que no se dan cuenta es de que los únicos que parecen más tontos son ellos.

viernes en el retamar

Un viernes a última hora en Retamar puede resultar bastante estresante, ya que todo el alumnado, o por lo menos el de mi clase, resulta estar nervioso. Esto se debe a que todos están pensando en el plan de la tarde, ya sea salir con amigos, play u otros.

La verdad es que compadezco al profesor que tiene que soportar a un grupo de adolescentes hormonados viernes tras viernes (en mi caso es D. Rafael).

La clase un viernes por la tarde se parece a un gallinero porque todo el mundo hace lo que le parece. Durante el primer asalto (por llamarlo de alguna manera), el pobre profesor trata de silenciar a gritos a unos juveniles implacables. El segundo asalto comienza cuando el profesor harto por las constantes y casi continuas interrupciones de la clase es obligado a llamar la atención a algún pringado, que sobresale por sus comentarios, apuntándolo en el parte o castigándolo esa misma tarde de cinco a siete. A veces, si diversos factores se cumplen (situación de la clase, actitud del profesor con el alumno en concreto, etc), el profesor puede ser misericordioso, perdonando al alumno.
Al finalizar la clase, cuando el profesor dice: "Vámonos a casa", se puede escuchar una especie de rugido nórdico del conjunto de la clase que indica el comienzo del fin de semana.

Ugo L